Hoy no es un buen día, celebrar el "Día contra la violencia de género" es visualizar una lacra social que no somos capaces de erradicar entre tod@s. Ayer asistí a varias conferencias en la Universidad de Alicante relacionadas con la violencia de género. Las tres fueron esclarecedoras pero quizás la primera, la de la Dra. Mar Pastor, me impactó con mayor fuerza. Saber que dentro de tu casa hay quien ataca con armas más afiladas que un cuchillo, que causan heridas tan profundas que no sangran, pero que tocan lo más profundo de ti misma, tu alma, es difícil de aceptar. Cuán más doloroso que la persona que has elegido para compartir tu vida te traicione anulando lo que más humana te hace, alterando la percepción de la realidad, haciéndote creer que eres un ser inmundo y sin valor. Conocer que en muchas ocasiones ese control psicológico se camufla entre regalos y perdones, entre períodos de "luna de miel", entre escusas de quien no es lo suficientemente hombre como para compartir su vida en un plano de igualdad.
Este recordatorio es para las mujeres que sufren este tipo de tortura, de aislamiento, de impotencia, en espera de que algún día no tengamos que dedicar una jornada a recordar que tenemos que hacer algo para solucionarlo. Eduquemos a nuestr@s hij@s en igualdad. No consientas que nadie te menosprecie. Aprendamos a querernos con los defectos y las virtudes que nos hacen seres únicos, siempre desde el respeto y la igualdad.
Este mesaje no ha de ser interpretado en contra de los hombres en general, solo de los cobardes. La inmensa mayoría de ellos son buenos compañeros, amigos y complices en el viaje de la vida.
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