Si tú quieres y ella te deja, yo puedo. Papel del padre en el parto e inicio de la crianza
En tiempos pasados, algunos no muy lejanos, el papel del padre tanto en el parto como en la crianza quedaba reducido a un pequeño apoyo en momentos puntuales, y la garantía de proporcionar el sustento para la familia. Estamos hablando, por supuesto, de nuestro entorno cultural más próximo.
Actualmente, la mayoría de los padres que acuden con una gestante en los inicios del parto tienen una actitud participativa de cara al evento. Lo que en muchas ocasiones ocurre es que carecen de recursos para poder hacer que su participación sea activa y efectiva.
En mi ámbito de trabajo, consideramos que el papel del padre ha de ser potenciado. Las razones son diversas, pero la principal es que el embarazo es “cosa de dos”, al igual que la crianza, y que si él quiere, ella le deja, yo como profesional puedo apoyar su participación.
Claro, hay que partir de que él quiera. La actitud esperada de un hombre durante el parto, a día de hoy, es de una franca implicación. Ha de ser interlocutor entre la mujer y el personal que le atiende. En general, las parejas llevan mucho tiempo hablando de cómo desean que sea el parto, pero cuando llegan al centro hospitalario se olvidan de sus deseos, en ese momento tiene la pareja un relevante papel de comunicador, de transmisor de esos deseos que, en muchas ocasiones, pueden ser ejecutados. Además, pueden participar en el cuidado activo de su mujer. Ayudarle en la movilización, darle masajes relajantes, crear un clima de complicidad con música y aromas gratos. Partiendo, por supuesto de que la mujer lo desee.
¿Qué podemos hacer nosotras como profesionales? Creo que lo primero escuchar. Observar la relación existente entre ellos, favorecer un clima de confianza y ofrecer recursos para que la participación de la pareja sea activa.
Desde hace varios años venimos impartiendo talleres en los que se ofrecen recursos para apoyar a las mujeres de parto. A estos talleres acuden preferentemente los padres, aunque hay casos en los que acude la madre, una hermana o una amiga. En ellos damos información sobre el proceso del parto, los recursos a nuestro alcance para dar apoyo emocional y físico a la mujer, y ofrecemos la posibilidad de que traigan recursos propios para crear un clima más favorecedor y menos agresivo que una fría sala de hospital (música, aromaterapia). Aportamos información sobre la importancia de la movilización durante el parto, y los requerimientos para que esos movimientos no le resulten complicados a la mujer. La necesidad de tener un apoyo afectivo, más allá de la empatía con l@s profesionales, se ve resuelto con esa persona que acompaña, elegida por la mujer, y en la que encuentra un refugio en ocasiones necesario, sobre todo cuando las contracciones aprietan y las fuerzas van mermando.
En estas circunstancias de confianza, formando un “trío” casi perfecto entre la mujer, la pareja y la matrona, al que añadiremos un bebé que se convierte en el centro hacia el que miramos con cariño, el desarrollo del nacimiento y la posterior crianza se convierten en una experiencia única para todas las personas que participan.
Como vemos las condiciones no son complicadas, y los recursos tampoco, tan solo un pequeño cambio de actitud de las partes implicadas y los logros serán inolvidables.
Os dejo el enlace a uno de los talleres que impartimos. Tenemos una versión mejorada que está en fase de edición y que estará disponble en un corto espacio de tiempo.
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