Mafalda siempre genial

domingo, 5 de febrero de 2012

Caroline Lowell, In memoriam

          En esta sociedad en la que cada vez carecemos más de valores, o al menos eso se nos demuestra casi a diario, un caso especial llama a nuestras conciencias. Desde una perspectiva profesional, y tras muchos años de experiencia asistiendo partos, soy poco partidaria de los partos en casa, pero respetuosa con quienes toman conscientemente esa opción para recibir a su descendencia.


    

      Una noticia nos ha sorprendido esta semana con una profundidad inusitada, la muerte de Caroline Lovell, en Australia, tras dar a luz en su casa. Cuánto más profundo es el impacto cuando se nos ha narrado su lucha reivindicativa por el derecho del nacimiento en el domicilio con apoyo profesional. Una lucha que le convierte en una heroína en una sociedad en la que cada vez se delega en las otras personas muchas de las propias decisiones. Esperamos que nos digan cuando quedarnos embarazadas, qué comer, cuánto ejercicio hacer, qué beber, qué ropa comprar, todo esperamos que nos lo digan en las sesiones de preparación para la maternidad, pero en raras ocasiones somos nosotras quienes tomamos las riendas de nuestra maternidad.
     Cuando te acercas a la prensa y ves cómo han tratado la noticia, y los comentarios de los "expertos" lectores, te asustas un poco por los prejuicios, muchas veces signos de la propia ignorancia de quien los escribe. Aunque lo más impactante es cuando lees la opinión de un profesional y observas que entre sus argumentos, algunos seguro que válidos y fundados, se cuelan opiniones que de haber sido realizadas realmente por él nos dejan totalmente desconcertadas. Cuando se dice que "A part que les dones ja no tenen la condició física necessària per aquesta mena de parts" (a parte de que las mujeres ya no tienen la condición física necesaria para esta forma de partos), (http://www.google.es/ig?sourceid=navclient&hl=es&ie=UTF-8&rlz=1T4ACAW_esES442ES445) no sé a qué mujeres se refiere ya que no existe un prototipo de mujer que englobe a todo un grupo que está formado por la mitad de la población mundial.
     Desde mi modesto entender cualquier muerte de una mujer por complicaciones en el parto es una gran desgracia. El parto es un acto de vida y no de muerte, pero lamentablemente muchas hemos vivido situaciones de este tipo, y en mi caso siempre ha sido en el ámbito hospitalario.
     Quizás sea hora de revisar con criterio científico qué se puede y qué no se puede ofrecer en la asistencia al parto. Cómo deben ser asumidos los riesgos, qué recursos debemos tener a nuestro alcance, qué criterios debemos seguir en todo momento, y olvidarnos de los personalismos, tanto por parte de quienes propugnan la medicalización en todos los casos , como por parte de quienes defienden hasta extremos innecesarios la no intervención.
      Desde mi defensa por la sanidad pública creo sinceramente que podemos hacer más y mejor. Lo primero ser capaces de formar equipos de matronas y obstetras en los que se prime lo fisiológico, tras descartar la existencia de anomalías que requieran una atención medicalizada. Vigilar los embarazos y actuar solo cuando sea lo más adecuado. Olvidarnos de las "estimulaciones por buenas condiciones obstétricas", las inducciones "porque tengo/tiene ganas de terminar", las cesáreas para librar el fin de semana (o por que me voy a un congreso), los ingresos por "pródromos de parto" que llevan a los médicos a inducir partos por miedo a dar el alta y que "pase algo". En esos casos es posible que comprobemos que "las mujeres" no hemos perdido la capacidad de tener un parto de modo natural, y poder vivirlo en plenitud. Si además permitimos que las mujeres expresen lo que quieren, nos permitimos empatizar con ellas, y ofrecemos nuestros conocimientos, los ancentrales y los científicos, es posible que el parto recupere parte de la belleza que hemos eclipsado.
     Desde este rincón de matrona mi más sincero reconocimiento a las matronas que como Caroline Lowell, luchan por un parto razonablemente seguro en el domicilio. También por las matronas que luchan a diario por hacer que los paritorios de los hospitales sean un espacio de encuentro y nacimiento respetado, sin renunciar a un equipo dispuesto a intervenir cuando sea necesario. 

Otras referencias:

1 comentario:

  1. no puedo estar mas de acuerdo...ahora es fácil dejarse llevar, "mira la del parto en casa" me parece injusto a pesar de q desde mi no experiencia, me inclino a proporcionar un ambiente discreto personal y una atención fisiológica, en un ambiente hospitalario, desgraciadamente en ocasiones toca correr, y que mejor que estar respaldada y poder solucionar una situación complicada con seguridad...

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